EL SÍNDROME WANDERLUST
Mucho ha llovido e incluso escampado desde mis primeros y únicos "pinitos" tímidos con la lengua de Goethe. Por aquel entonces yo vivía en Pamplona y mi pasión por los idiomas -y por otra parte, mis caóticos horarios laborales- me había llevado a contratar los servicios de una profesora particular austríaca, para iniciarme en la lengua germánica. Apenas cursé un año y ya prácticamente olvidé casi todo de esta bonita pero a la vez complicada lengua. Pero de todo lo que aprendí, hay una palabra que ha quedado grabada de forma indeleble en mi memoria:"Wanderlust", una palabra de origen alemán que hace referencia a la pasión por viajar. Un bonito "palabro" que aduce pues a algo con lo que me siento completamente identificado.
Y es que se dice que los millenials son los nómadas de la era digital...
Cada vez que iniciamos un viaje, de un modo u otro e, indefectiblemente, abandonamos nuestro espacio de comfort, iniciando una aventura y una senda no solamente hacia el conocimiento de otras costumbres, países, entornos y culturas, sino también hacia el propio autodescubrimiento. Pocos albergan dudas sobre que viajar enriquece (puede que nos empobrezca un poco pecuniariamente pero lo que sí tenemos claro aquellos que estamos contagiados por el síndrome de Wanderlust, es que viajar enriquece el alma y el espíritu).