THE END

El examen fue largo, y bastante duro, con un poquito de todo: alguna pregunta regalada pero también una gran mayoría de preguntas incontestables y más de una de carácter surrealista. Y aunque fueron momentos de gran tensión para todos y no faltaron las lágrimas al final del evento por parte de algunos/as opositores/as, al final valió la pena, ya que la dicha es buena. Y valió la pena también por el peazo ambientazo que nos aguardaba a la salida de las aulas: familiares y amigos esperándonos; algunos habían traído a sus hijas ramos de flores; otros habían montado su particular "botellón" fuera del aulario; otros brindaban con cava, tiraban cofettis y guirnaldas o también globos. Había pancartas por todos lados y gente disfrazada; aplausos y abrazos y otros disfrutamos del momento comiéndonos una buena coca de Montserrat (por cierto, ¡gracias Emili y Ornella!; ahora solamente queda esperar que las estampitas bendecidas que trajistéis hayan obrado su efecto).